Por Ana Camacho @anacamacho70
El Gobierno de Marruecos está decidido a desafiar la comunidad
internacional con una escalada bélica que dirige inequívocamente a la
guerra en el Sáhara Occidental. Esta estrategia comenzó inmediatamente
después de la expulsión de más de 70 miembros de la MINURSO con un
movimiento de tanques en la región de Smara y la movilización militar
junto al muro.
La delegada del Frente Polisario Jira Bulahi, lamenta que la opinión
pública y los medios de comunicación españoles no reflejen esta nueva
amenaza a la paz que “avanza a pasos de gigante”, desde la crisis de
Marruecos con la UE, sucedida de la crisis con la ONU y su Secretario
General, el Sr. Ban Ki-moon.
Para el Frente Polisario estos gestos no tienen otro sentido que un
alevoso empeño por parte de Marruecos por echar más leña al fuego a la
indignación y decepción que ha suscitado en el pueblo saharaui la
pasividad del Consejo de Seguridad de la ONU ante las provocaciones
marroquíes y sus ataques a la acción de Naciones Unidas. Este interés
marroquí por disparar la tensión también se refleja en el
recrudecimiento de la persecución de las y los activistas saharauis de
derechos humanos en las zonas ocupadas del Sáhara Occidental, el
empeoramiento de la situación de los saharauis detenidos y acciones como
la desaparición y salvajes torturas que han sufrido los dos hijos del
preso político Embarek Daoudi, que fueron a visitar a su padre a la
cárcel. Los dos jóvenes fueron liberados tras dos días de sufrir malos
tratos y se encuentran en deplorables condiciones físicas y psíquicas.
Para el Frente Polisario es evidente que la estrategia marroquí busca
acabar con el plan de paz que la ONU puso en marcha con su acuerdo, en
1991, creando la MINURSO, la Misión de Naciones Unidas para el
Referéndum del Sáhara Occidental. Por un lado, Rabat incita a los
saharauis a la vuelta a las armas. Por otro, en el campo diplomático,
con estas acciones beligerantes intenta presionar en Naciones Unidas, de
cara al próximo debate sobre la renovación de la MINURSO, para imponer
un cambio que acabe con la R de Referéndum de la misión de los cascos
azules. Pero esta opción también conduciría a la guerra ya que el Frente
Polisario no está dispuesto a aceptar un cambio que supondría una
misión rehén de la administración marroquí y que legalizaría su
ocupación sobre el territorio.
Es más, tras esta crisis, el Frente Polisario no está dispuesto a
aceptar otro formato de la MINURSO y exige que, de volver su personal al
Sáhara Occidental, sea con un programa definido con fecha para la
celebración del referéndum y de cumplimiento de su finalidad inicial.
España como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, no está ayudando
a la aceleración del proceso para alcanzar una solución definitiva. Con
ello, en lugar de cumplir con el papel que le corresponde respecto a
sus responsabilidades jurídicas, históricas y morales, está jugando
claramente a favor del anexionismo marroquí y de su absurda carrera
hacia la guerra.
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